miércoles, 21 de octubre de 2009

LA PAJA EN EL OJO AJENO

PITÓN IZQUIERDO Así como el cerebro tiene circunvoluciones especializadas –dicen- que forman un laberinto que deslinda los centros de mando para algunas actividades, así también la humanidad tiene, cubriendo la Madre Tierra, a grupos especializados en la defensa de asuntos singulares planetarios que se deben arreglar. Hay belicistas, taurinos, abortistas, vegetarianos, esperantistas, aroma terapeutas, demócratas, puristas de la lengua, separatistas, etc. Y entre ellos se aglutinan en partidos, asociaciones, ligas, peñas, cruzadas, hermandades y hasta comandos secretos. Como se sabe, la consecuencia de la pluralidad en que viven sobre las extensiones que se reparten no es la interpenetración fecunda de ideas, ni genes o domicilios, sino el sorprendente hallazgo de que somos diferentes, que llegamos a la profunda identificación entre buenos y malos. Ellos (Nosotros), los agrupados en la parte luminosa del día, ubicados en lo que verdaderamente importa según su (Nuestra) real apreciación, ven (vemos) la paja en el ojo ajeno…
PITÓN IZQUIERDO, OTRA VEZ No percibimos la viga, sobre todo si está atravesada en un ítem que tiene que ver con la muerte (De un toro que embiste o de un humano que no es demócrata o que estaría de más, en caso de terminar su formación) Esa separación maniqueísta aparece porque tenemos, por un lado, el increíble don de ser intermediarios del pálpito vital que tiene que ir desde nuestros padres a nuestros hijos siendo nosotros los eslabones medianos y por el otro, tenemos las garras necesarias para afligir la vida en unos de sus portadores encontrando siempre, la razón para hacerlo.
PITÓN DERECHO Si no fuera así, ¿Entonces cómo se explica que algunos se escandalicen por las corridas rojas y sean indiferentes, cuando no partidarios, del aborto como acto de voluntad? ¿Cómo pueden bombardear o destruir culturas para que puedan recibir la democracia o la verdadera religión y a la vez defender los derechos de las minorías extravagantes o salvar gatos empavorecidos de los árboles? ¿Cómo pueden molestarse por los velos sobre los rostros femeninos porque atentan contra la dignidad humana y luego implantarse silicones insalubres en salva sea la parte?
PITÓN DERECHO, OTRA VEZ También pudiera darse la vuelta a la pregunta, ¿Cómo pueden ser aficionados a las corridas rojas y estar en contra del aborto? ¿Cómo pueden ser pacifistas y permitir las peleas de gallos, o el kick boxing? Las respuestas no serían tan complicadas si no se tratara de animales y humanos. Es necesario encontrar salidas a las preferencias. De la lidia de toros se habla como de un arte y del abortismo, como control natal y las guerras como forma de extender los beneficios de la democracia, divulgar el reino de Dios, o saldar cuentas milenarias.
PITÓN IZQUIERDO Pero se desgranan las preguntas escabrosas. Un toro como animal adulto ¿Merece mejor trato que un humano en su etapa embrionaria? Está claro que el toro no pide que lo lidien, ni que lo banderilleen, ni que lo maten, Pero ¿El feto sí pidió ser encargado y luego que le interrumpan la vida? Los que viven en las tiranías, ¿Piden que vengan de afuera para ser liberados de su tiranos? Entonces parece que el planteamiento debiera ser otro. Nosotros, los que decidimos por los otros que no tienen voz propia (O no se las concedemos), tenemos que hacernos una pregunta tan grande que paradójicamente nos hace pequeños: ¿Al servicio de qué valores ponemos nuestra capacidad de dar muerte?
PITÓN DERECHO Nosotros, como aficionados a las corridas rojas, decimos que nuestro poder de decidir lo ponemos al servicio de la belleza abismal generada por un rito trágico entre un humano y un toro. Tal vez los abortistas dirían que su poder de decidir quién vive y quién no, lo ponen al servicio del control de la natalidad o de la libertad que permite a las mujeres hacer de su cuerpo lo que quieran. Aunque el vientre no se basta así mismo, ni los embarazos son autónomos, ya que hubo un hombre que participó en la fecundación del óvulo entonces también debiera participar en la decisión final: ¿Por qué una mujer puede decidir la descendencia de su pareja? Bueno, pero este tema necesitaría otra lidia.
PITÓN IZQUIERDO Por su parte algunos belicistas dirían que ponen su panoplia al servicio de la democracia. Arrasan pueblos para que la democracia florezca. Otros lo harán para evitar los males de la globalización, o para que conozcan al verdadero Dios. Los taurinos sacrifican a los toros después de que el torero expone la vida para que las verónicas alegren la tarde. Los que quieren despenalizar el aborto lo hacen para que no haya tantos pobres o para ejercer su sexualidad con libertad, sin compromisos. Los hay que matan para comer hamburguesas, poner tapetes cabe la chimenea o cornamentas sobre las paredes.
RECORTE FINAL y DESPLANTE Este envío es la continuación de una conversación con una dama compañera efímera de tendido que, enfadada, no terminó de recibir mis argumentos y que, tal vez, ahora entre el polen negro de sus pestañas tristes tenga a bien leer este macheteo. Lo dejo como tarea y aquí termino: ¿Al servicio de qué valores ponemos nuestro poder de quitar la vida?

lunes, 5 de octubre de 2009

¡ADIÓS A LAS VEGAS!





PITÓN DERECHO Para empezar debo aclararle a un lector eso de “El Color de las Corridas Verdes”, título del anterior macheteo. No se trata de un episodio de acromatopsia, aunque dejé esa impresión, sino una expresión muy útil en épocas estudiantiles y que venía al caso cuando aceptábamos darnos un tirito o bien, cuando queríamos que el otro lo hiciera, empuñando las manos y poniendo los brazos cortos, provocando: “Vamos a ver de qué color tiñe el verde”.
PITÓN IZQUIERDO Al concluir la primera corrida de este siglo en Las Vegas, me pareció que era el momento de saber “cuál iba a ser el color de las corridas verdes”. Esa corrida la vi como la preparación a una faena, es decir, el momento de expectación que se da cuando el diestro se dobló, dio algunos pases por lo alto y dejó al toro colocado allá, donde piensa que es el mejor lugar para construir la faena. Lo deja respirar sin molestarlo y luego establece lentamente la distancia con la muleta llevada suavemente para iniciar la tanda con la vitolina o el molinete o con un cambiado. “A ver de qué color tiñe el verde”
PITÓN DERECHO Este es el clima que percibí en Las Vegas. La divisa, las banderillas y la estocada final (Dada con una banderilla), sobre un tapete de velcro. ¿Estaremos en los prolegómenos de una nueva jerga taurina, en este caso a punto de inventar el verbo envelcrar?) También quiero resaltar que sólo El Cordobesito traía el añadido. Es ya una de las prendas en peligro de extinción en el toreo. Sigue, sin embargo, apareciendo cuando los toreros compungidos dicen “que se van a cortar la coleta” Esto es, se van a retirar de los toros, pero como bien lo advirtió Renato Leduc, se retiran del toro para acercarse a los becerros, porque siguen toreando en festivales.
PITÓN DERECHO, OTRA VEZ Otro asunto folclórico: El papel del Juez. Con la cultura de la legalidad que hay en los Yu-Es- Ei y el consecuente respeto a las figuras de poder oficial empezando por las autoridades civiles, policiacas, semafóricas y ahora en corridas verdes, ¿Qué hará el Juez ante una bronca? Acostumbrados los públicos norteamericanos a respetar las decisiones de los referis, ampáyers, jueces, et cétera a lo que se ha llegado, cuando el desacuerdo es patente, es reglamentar la repetición electrónica del lance en discusión para ver si procede la ratificación o rectificación del fallo dado. Pero en los toros, ¿Cuándo sería necesario? Ya en Las Vegas hubo repetición instantánea de algunos los lances, pero no era con fines de ratificación o rectificación de nada. Entonces: ¿Cómo puede armarse una bronca contra el Juez? Y éste, ¿Se va a dedicar solamente a cambiar las suertes y pedir las vueltas al ruedo?
PITÓN DERECHO ¿Tendrá un papel más sumiso que sus colegas rojos? Ya es tumultuaria la aceptación de una costumbre dominical del fut, que hicieron los fanáticos mexicanos que revientan los estadios norteamericanos, cuando juega algún equipo mexicano. El despeje que hace el portero contrario es subrayado con un sustantivo soez. Eso ya se escucha en Chicago, en Los Ángeles, en Denver, en San Diego. Donde quiera que juegan los mexicanos y palpita la afición se oye ese coro homofóbico, de origen tapatío. En cambio, el “Unoooo, dooos, treees …=&%.,$4….el Juez”, tan taurino y necesario, no puede exportarse porque lo que vimos en Las Vegas no lleva el pecado original de ser una fiesta del pueblo. ¿O será virtud?